A través de la historia, la educación en nuestro país ha distado, en mucho, de las expectativas que tiene la población en general, situándonos siempre en los últimos lugares a nivel mundial.
El discurso político en este tema (y de otros muchos) va en dirección opuesta al sentido de la realidad, en México, la educación ha sido politizada, haciéndola una estadística, un numero indicador, (susceptible al “maquillaje”) de que nuestros políticos trabajan, se construyen escuelas, como si fuera esto la solución, sin cuidar nunca la calidad educativa, sin un plan integral de mejora continua hecho por autoridades, en el conocimiento pleno de la problemática, no en el puesto público que ostentan.
Los programas educativos que importamos de algunas regiones del mundo, son, en realidad, muy buenos, pero desgraciadamente, solo se importa el 50% del sistema.
Un ejemplo de esto lo podemos ver en la RIEMS, la cual propone un proceso de enseñanza-aprendizaje basado en el desarrollo de las competencias que nuestros estudiantes necesitan, ésta Reforma, desde mi punto de vista es magnífica pero desgraciadamente muchos profesores nos damos cuenta que las autoridades educativas quieren implementarla a base de una buena cantidad de cursos a los docentes (muy necesarios por cierto) sin atender el otro 50% que falta por importar del nuevo sistema, ¿Cuál es ese otro 50% al que me refiero? Pues al atender la falta de equipamiento de material didáctico, el dignificar los salarios de los docentes de tal manera que dejen de ser mercenarios de la educación (por necesidades de supervivencia).
Ésta dignificación de las prestaciones del profesor debe traer como consecuencia que el profesor sea docente de una sola institución, dándole la oportunidad de desarrollar los materiales y equipos que sus alumnos necesitan, (el profesor destina una buena parte de su tiempo “libre”, en actividades complementarias útiles) para lograr que su quehacer docente sea mejor cada día.
Actualmente, la necesidad de emplearse en dos escuelas, o más, crece cada día al no poder sobrevivir (o vivir dignamente) por la economía cambiante que nuestro país sufre.
El hecho de que el salario de un profesor en una sola institución sea suficiente, en toda la extensión de la palabra, lo coloca en una ventaja significativa sobre el resto de los profesores, al disponer del tiempo suficiente para desarrollar lo necesario para su quehacer docente en esa institución.
Las claves de los profesores de asignatura o tiempo parcial, deberían, desde mi opinión, desaparecer, quedando solamente profesores de tiempo completo para cada institución.
Todo esto no resultaría sin que el profesor busque su propia capacitación y mejora continua, y sin un elevado sentido ético, debiendo existir los controles necesarios por parte de las autoridades educativas para que esto se dé; ello debería traer como consecuencia una competencia sana para la obtención de éstas claves de tiempo completo de manera definitiva y que cada cierto tiempo especificado, el docente rinda sus informes acerca de los logros obtenidos en su quehacer docente, obteniendo una evaluación que sustente su puesto.
Debido a todo lo anteriormente escrito, se pudiera describir una muy posible obtención del éxito de la siguiente manera:
RIEMS +
EQUIPAMIENTO +
DIGNIFICACION DEL DOCENTE+
CAPACITACION =
¡¡ÉXITO!! Autor: Fabio Abel Gómez B.
